Entre el glamour y la muerte. Es el barrio de moda pero
también el escenario de apuñalamientos, tiroteos y asesinatos conmocionantes.
En el último caso policial, hubo dos víctimas.
Viejo, Nuevo, Soho, Hollywood, Sensible, Freud, Chico y Alto
son algunas de las tantas denominaciones con las que se conoce a los sectores
del barrio porteño de Palermo, aunque si se tiene en cuenta los crímenes que se
cometieron a lo largo de la historia, el nombre que se pensó para la zona
cercana a Chacarita sería el ideal para suplantar a todos los demás: Palermo
Dead.
Los dos jóvenes que fueron encontrados el lunes 19 en las
proximidades de los bosques de Palermo, uno apuñalado y el otro con un balazo,
son el reflejo de un barrio en el que conviven el glamour y la muerte. Según
fuentes policiales, uno de los muertos era un vendedor ambulante que era
conocido en la zona de Palermo, sobre todo en Plaza Italia, por vender copias
truchas de películas y videojuegos. Para los investigadores, “podría tratarse
de un ajuste de cuentas”.
Los efectivos de la comisaría 51° se acercaron al lugar por
un llamado al 911. Al llegar a Figueroa Alcorta e Intendente Guerrico los
esperaba una escena dantesca: un cuerpo que se había desangrado. A unos 100
metros de distancia, encontraron el segundo cadáver.
Las víctimas fueron encontradas a metros del club Gimnasia y
Esgrima de Buenos Aires (GEBA), lugar cuya sede de Perón al 1100 se hizo
tristemente célebre por la violación y el asesinato de la maestra Fabiana
Gandiaga. El 20 de octubre de 2001, la maestra acompañó a su hijo a participar
de un torneo de taekwondo que se disputaba en GEBA. Durante la competencia,
Fabiana salió del salón a comprar una gaseosa y nunca volvió. Engañada por
empleados de limpieza del establecimiento, fue llevada hacia un lugar lejano,
violada y brutalmente asesinada a puñaladas. Dos años más tarde, Fernando Antúnez
y Carlos Vallejo fueron acusados y condenados a 21 años de prisión.
A pocas cuadras del lugar donde aparecieron los dos jóvenes
muertos, el 10 de mayo de 2009, los policías Omar Navarrete y Juan Carlos Rojo
fueron acribillados al intentar evitar que un grupo de delincuentes robara un
camión de caudales en el que transportaban una importante suma de dinero,
producto de la recaudación de la cadena de heladerías Persicco, para la cual
trabajaban como custodios.
El 29 de marzo de 2010, cerca de las 15, cuando el tránsito
está a pleno, la zona de Córdoba y Pringles se vio rodeada de policías,
periodistas y curiosos. Sobre la avenida, dentro de un taxi, yacía el cuerpo
del ex policía federal Federico Hausbauer (36 años) y de su custodio Miguel
Leiva (25). Ambos transportaban la recaudación del fin de semana de la
distribuidora Margaritis hacia la sucursal del banco Santander Río, situado
sobre la avenida Corrientes al 5100, cuando fueron interceptados por dos
motochorros que los fusilaron sin mediar palabras.
En la actualidad, mientras el mercado inmobiliario busca
cómo agrandar el barrio, incluyendo nombres nuevos a zonas arrancadas a otros
barrios por la creciente demanda, a la hora de ofrecer una propiedad, dejan de
lado el historial criminal y prefieren enfocarse en el glamour que fue tomando.
Aunque la historia descubre un Palermo impregnado de muerte. Un Palermo
criminal.
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